Descripción
En el regato del Xabrega, se encuentra el conjunto de molinos más importante del concello de Sober. En poco más de tres kilómetros de longitud, sus aguas movían 28 molinos y dos batanes. Este excepcional conjunto etnográfico fue restaurado parcialmente por el taller municipal de empleo, en el tramo comprendido entre la aldea de A Boca y la desembocadura del regato en el Sil, en el lugar de Os Chancís.
Pueden visitarse haciendo una ruta que comienza en el lugar de Pouso do Branco, a 500 metros de la aldea de A Boca. El sendero baja al principio hacia el regato do Xabrega. El primer molino que se encuentra es el de Roque do Arroxó, de regios muros y en buen estado de conservación. Ahora hay que caminar por el muro del "caneiro" o canal de conducción del agua para visitar los dos molinos siguientes, llamados de Nemesio da Boca. En ambos casos se rehabilitaron íntegramente los muros, el cubo y la cubierta. El de mayores dimensiones tenía habilitada en su interior una estancia que era utilizada por el propietario para descansar.
De vuelta al sendero, hay que cruzar el regato por unos pasos de piedra y volver a caminar por el "caneiro", que ahora da acceso al molino do Ramiro da Boca, también restaurado íntegramente. En esta zona puede observarse la altura a la que se elevan los "caneiros", que parecen verdaderos acueductos.
A continuación hay otros dos molinos, llamados do Chucán do Couto. En el primero se consolidaron los muros y sobre el segundo se construyó una plataforma para poder observar el funcionamiento del rodicio, al que se adaptó un generador eléctrico. Este lugar era denominado A Calzada, ya que por aquí pasaba una calzada romana, los restos de la cual se pueden apreciar en este tramo.
El siguiente molino es del de los Nabás, del que sólo quedan los muros. En este lugar, conocido como A Alvariza, el camino se bifurca. El ramal de la izquierda bordea un saliente rocoso, discurre entre altos muros de piedra y se une nuevamente, doscientos metros más adelante, al camino principal. Hay que seguir por el camino de la derecha, que cruza el regato por un pequeño puente de piedra y conduce seguidamente al molino de Conde de Camilo. Esta construcción conserva en buen estado sus altos muros y en su interior se guardan dos piedras de molino que funcionaban de forma simultánea. Una de ellas se hizo con granito del país y la otra es del tipo denominado albar –de piedra más fina-, con la que se molía el trigo. Este lugar se llama As Garduñeiras, nombre relacionado con el carácter abrupto y boscoso del terreno.